Es considerado uno de los futbolistas más vistosos de la
categoría regional. Marcos Avendaño Gil, natural de Elda, es el claro ejemplo
del refrán que reza que “nadie es profeta en su tierra”. Disciplinado, serio,
con una clase y estilo impropio de los más bajos cimientos del fútbol, a sus 31
años no ha podido saborear la miel del mundo profesional. Mala suerte o quizás
falta de alguien en la sombra que le guiara su carrera futbolística, el eldense
milita desde hace tres campañas en el vecino pueblo de Petrer.
Nacido en Alicante el 31 de octubre de 1981 en el seno de
una familia amante del fútbol, Marcos creció pegado a un esférico y a una
ilusión: llegar a ser futbolista. Su gran pasión se dibuja en forma de los
colores azul y grana del FC Barcelona. Sus padres disfrutaban viajando junto a
él a los diferentes puntos de España donde jugaba el equipo de la Ciudad Condal,
de echo su rubia melena le convertía en el foco de miradas y exclamaciones como
“¡Mirad Schuster en petit!” .
Marcos con 4 años en Sevilla. Final de la Copa de Europa
FC Barcelona vs Steaua de Bucarest
Marcos
comenzó a despuntar en el club local Amigos del Betis, pasando a jugar en la
Unión Deportiva Elda. Tras la desaparición de este club, Avendaño firmó por el CD Eldense C,
que por aquel entonces estaba unido a la Nueva Fraternidad, y donde fue pupilo
de Marco Antonio Mozos (actual coordinador del fútbol base deportivista). Luego
pasó a ser Eldense B, un grupo de chavales que consiguieron hacer una piña y
disfrutar de cada partido y cada entreno. Quizás el día más duro para el
futbolista fue cuando falló una pena máxima que hubiera dado la victoria a los
azulgranas, error que Marco Antonio justificó diciendo que “sólo lo falla el
que lo lanza”. Al límite de cumplir 23 años, el futbolista recibió una llamada del
CD Eldense. Los azulgranas rescindían la ficha del jugador al creer que no
reunía las condiciones para pertenecer al primer equipo en calidad de sub’23.
A pesar de que el Deportivo Eldense nunca ha contado en sus
listas de posibles fichajes con Marcos, el centrocampista jamás ha guardado
rencor al Club que siempre amó su abuelo, con quien no fallaba cada temporada
en comprar el abono y del que guarda geniales recuerdos de las jornadas
dominicales en la tribuna del antiguo Estadio Pepico Amat.
Emigrar para jugar
Tras dejar su vida futbolística en Elda, llamó a sus puertas
La Algüeña CF. Donde estuvo dos campañas: el primer año con el villenero Rubén y
el segundo con el noveldense, y ex entrenador del CD Eldense, José Ramón
Navarro “Coca”. Ese mismo verano disputa la popular Copa San Pedro, consiguen
llegar a la final contra la Universidad de Alicante, pero no logran el
campeonato.
Marcos en el partido Algüeña vs Eldense B de la temporada 2004/05
El popular torneo de verano, le otorga el pasaporte hacía
Santa Pola, un conjunto que necesitaba resurgir de sus cenizas tras su descenso
de la Tercera División. Con 24 años se pone a las órdenes de Manolo Cortés, pero
el destino quiere que no sea su temporada. En la primera vuelta, Marcos
sufre una grave lesión que le obliga a pasar por el quirófano. Una fuerte
entrada en un trance del partido contra el Hércules, rompe
el radio del brazo izquierdo del centrocampista y pierde así unos meses de competición. Durante su
estancia en el “Manolo Maciá”, el eldense tiene la oportunidad de aprender de
la experiencia del famoso entrenador ilicitano Alberto Capón, con el que el
club estuvo a punto de conseguir colarse en fase de ascenso. También jugó a las
órdenes de Anselmo y Domingo Grau. Con este último, realizó su última campaña
en la que consiguió 6 tantos.
Once inicial del Santa Pola. Marcos en la fila de arriba es el tercero de la derecha
El Poble del Costat
Y tras el cambio de
política del club rojiblanco, una filosofía que pasaba de ser ambiciosa a un
plan mucho más parecido al de una transición en la que reunirían a futbolistas del
pueblo para intentar al menos mantener la categoría, la UD Petrelense llega a
un acuerdo con Marcos Avendaño para trasladarse a la vecina ciudad.
El primer año, Antonio Rubio “Campello” logra explotar
todo el potencial y descaro de un jugador que se caracterizaba por su discreción
sobre el tapete para con sus contrincantes. La campaña siguiente a la llegada
de Marcos al club petrerí, Campello firma por el Pinatar CF. El joven
entrenador petrelense da un paso así en su carrera, y comienza su coqueteo con
la Tercera Murciana, de la que se despide meses después por discrepancias con
el director deportivo, Esteban Quintas. Al parecer, Campello decidió dimitir por
la negativa de los dirigentes a que Antonio Rubio realizara ningún fichaje (en su órbita
el interés porque Marcos Avendaño rubricara su contrato con el
club murciano). Tras esta dimisión, y por exigencias de la Federación, Campello
pasa un año alejado de los banquillos, mientras que en su lugar la UD
Petrelense decide que Baldo Garrido sea quien dirija al equipo. El ex jugador
del CD Eldense, Baldo guarda un genial recuerdo de Marcos, de quien afirma es “un
gran jugador y mejor persona. No se merece no haber podido ascender de categoría”.
Bajo las órdenes de Baldo Garrido, Avendaño se convierte en el máximo anotador
de la plantilla con 12 tantos.
En la presente temporada Marcos continúa en la UD
Petrelense, este año de nuevo con Campello de entrenador. Ocupan el puesto
sexto en la clasificación del grupo VI de Primera Regional (4 partidos ganados,
5 empatados y dos perdidos), cuentan con 17 puntos, 18 goles marcados y 15 encajados.
La UD Petrelense comparte grupo con el Eldense B, a quienes aventajan en un
punto.
Presente y futuro
Imagen del calendario 2011 de la UD Petrelense
A parte de jugador, Marcos encontró hace varias temporadas
una faceta desconocida hasta entonces por él: la enseñanza del fútbol a niños
que empiezan a coquetear con el “Deporte Rey”. Dirigió varias campañas a equipos
de la base del CD Eldense, este año lo hace en el petrelense bajo la
coordinación de su propio entrenador, Antonio Ruiz “Campello”.
A pesar del descaro que muestra en las últimas jornadas,
Marcos Avendaño siempre fue un jugador modelo. Eterno compañero, jamás se enojó
tras un cambio o una suplencia; distante cuando se trata de comparativas y
humilde al encajar tanto críticas como abalanzas. Un alma futbolística de por
vida en una vida tan efímera como es la del fútbol…
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